La cúrcuma es muy reconocida y valorada por sus funciones como antioxidante, antitumoral, antiinflamatoria y antiartritis.
Es un potente anticancerígeno, ya que la curcumina induce la apoptosis (muerte celular) en células cancerígenas sin producir efectos de toxicidad en las células sanas. Además, la curcumina puede interferir con la actividad del factor de transcripción NF-κB, que ha sido ligado a través de múltiples estudios científicos, a un número de enfermedades inflamatorias, incluyendo cáncer y fibrosis pulmonar. Entre otros beneficios:
La cúrcuma puede interferir en la replicación del virus del SIDA.
Podría mejorar las condiciones mentales de los adultos mayores.
Es beneficiosa para los diabéticos, pues mejora la secreción de insulina, reduce la producción de glucosa así como el daño oxidativo en el cerebro.
Puede ser útil en el tratamiento contra la malaria.